La fecundación in vitro y la inseminación intrauterina son algunos de los tipos de tratamientos de fertilidad que existen. Te contamos todos los detalles.
Quedarse embarazada no siempre es un camino de rosas, y por ello existen diferentes tipos de tratamientos de fertilidad que pueden ayudar a las mujeres que quieren convertirse en madres pero tienen dificultades con el proceso tradicional. A día de hoy existen cuatro modalidades diferentes de tratamientos de fertilidad y cada uno de los cuales cuenta con su procedimiento específico.
¿Cuáles son los tratamientos de fertilidad más utilizados?
Fecundación in vitro (FIV)
Ya sea por medio de una fecundación in vitro clásica o con una inyección intracitoplasmática de espermatozoides, este tipo de tratamiento se basa en la unión del óvulo y el espermatozoide fuera del cuerpo de la mujer, en el laboratorio.
Inseminación intrauterina
Consiste en insertar una muestra de semen (que puede ser del padre del futuro bebé o de un donante de semen) dentro del útero de la mujer mientras dura la ovulación (que es el momento en el que más probabilidades hay de que se produzca un embarazo).
Donación de óvulos u ovodonación
Las mujeres también pueden donar sus propios óvulos de manera anónima para que las mujeres que no los produzcan de forma natural (por haber padecido una menopausia precoz entre los 15 y 35 años) o para las mujeres que los producen pero no son del todo efectivos puedan tener la oportunidad de quedarse embarazadas.
Vitrificación de ovocitos
A diferencia de los tres tratamientos de fertilidad anteriores, la vitrificación consiste en la congelación de los óvulos de la mujer con el fin de posponer su capacidad reproductiva. De esta manera, por muchos años que siga cumpliendo la mujer tendrá las mismas posibilidades de quedarse embarazada.
Este tipo de tratamiento suele darse a las mujeres que deciden posponer su maternidad, pero también a las pacientes oncológicas que van a someterse a algún tratamiento de quimioterapia.
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