¿Sabías que el calendario que utilizamos tiene su origen en la antigua Roma? En aquella época se estableció el número de meses que tiene un año.
Desde las antiguas civilización se ha utilizado el sol y la luna como referentes a la hora de organizar el tiempo. Un año equivale al tiempo exacto que tarda la tierra en dar la vuelta completa al sol y se divide en meses. Antiguamente cada mes coincidía con el ciclo lunar, el tiempo exacto que la luna crece se convierte en llena, mengua y desaparece. Durante un ciclo solar se producen 12 ciclos lunares completos.
Actualmente clasificamos el tiempo mediante el calendario gregoriano y juliano, en él se establece que el año dura 365 días dividido en 12 meses. Cada mes tiene una duración de 30 ó 31 días con la excepción de febrero que tiene una duración menor.
Número de meses que tiene un año
El tiempo que tarda la Tierra en dar la vuelta al sol es de 365 días, 5 horas, 48 minutos y 56 segundos. Se establece como media que el año dura 365 días, pero con el objetivo de cuadrar el año solar y el año civil, y contrarrestar el desfase de tiempo que se produce, se añade un día más a algunos meses superando así el ciclo lunar.
- Enero: 31 días
- Febrero: 28 ó 29 días
- Marzo: 31 días
- Abril: 30 días
- Mayo: 31 días
- Junio: 30 días
- Julio: 31 días
- Agosto: 31 días
- Septiembre: 30 días
- Octubre: 31 días
- Noviembre: 30 días
- Diciembre: 31 días
Además, cada 4 años vivimos un año bisiesto, esto significa que febrero en vez de tener 28 días pasa a tener 29. El Papa Gregorio XIII estableció que los años bisiestos se producirían en múltiplo de 4 a excepción de aquellos años que fueran múltiplos de 100 si no son divisibles por 400. En total hay 97 años bisiestos cada 400 años.
Aplicando el año bisiesto conseguimos que no se produzca un desajuste entre el año solar y el calendario gregoriano. Así, tras todos los cálculos se estableció que el año dura 365 días, a excepción del año bisiesto que tiene 366, y se divide en 12 meses.